Dos miradas tristes se han cruzado
Deslucen las notas de un tango oscuro
Cantan las llagas de una ciudad acallada
Habitan los recintos donde los mitos mueren
Y los gatos se van a jugar con la nostalgia
Por eso en los vacíos escritos por las horas
Se viven y naufragan en los puentes tristes de los caminos
Esas dos simples miradas han nacido
Son nietas de la vieja oscuridad
Que habita los parques olvidados
Y los senderos de un reloj sepultado en el asfalto
Es así como el olor de la muerte las plaga
Y se cruzan obstinadas nadando en un llanto
Que es su propia vida, que es su ajena suerte
Esas miradas tristes son el milagro de dos ciudades
Que se destruyen y se aman.